Y bien, al final el balance de mi excursión chinchilliense no ha sido tan tan como auguraba.
Resumen:
Descanso (mejor llamarlo así) hasta el 28 de marzo.
A partir de esa fecha, trabajo (mejor llamarlo de otra forma) continuado hasta final del julio.
La combinación de esos dos hechos me parece bien. Y no tuve que discutir ni ponerme seria. Tampoco tuve ganas ni me salió. Me reí en cuanto llegué, porque total... Entre otras muchas ventajas, este paréntesis trabajil me va a facilitar evadirme de un nuevo invento de mis compañeros (o lo que sean) para fomentar la diversión y el interactuamiento entre nosotras las hormigas.
Así fueron los escalofriantes hechos:
- J.: ¿Qué haces el primer fin de semana de marzo?
- N.: No sé. No tengo ni idea, ¿por?(¡despierta,en guardia!)
-J.: Hemos alquilado una casa en el campo, bueno, alquilado no, nos la prestan, y vamos a pasar allí el fin de semana.
-N.: ¿Quién va?
-J.: M., C., C., C., L. casi seguro,P., L., yo...
-N.: Ya veo, la élite(abrumada ante tanta inicial).
-J.: Y tú, que vas a venir también.
-N.: Yo no puedo decir ahora que voy a ir, con el tiempo que queda (versión alternativa a: de viernes a domingo encerrada con vosotros en una casa en el campo y el domingo me recoge el 061)
-J.: Que sí que lo vamos a pasar bien... el domingo irá a comer S. (de superjefe)... yo si fuera tú iría.
-N.: (Me has dado el argumento definitivo) Ya te llamo (con esa cara que supongo que conocen algo de: que no voy).
Y así fue como perdí la oportunidad de pasar tres días en una casa en el campo en un pueblo con nombre de rumiante. Con la de cosas que habría podido contar a la vuelta, es una lástima.
Canción de mi día de hoy: "Mr. Camping", La Casa Azul.