Introducción: hay cosas que me parecen normales y luego hago una encuesta popular y resulta que no lo son tanto. Por eso a veces leo cierto desconcierto en las caras de algunos cuando cuento por ejemplo lo que sigue.
Me dan miedo los pájaros. No todos. Los que más, las gallinas, pavos y similares. Intenta poner una gallina cerca de mí y verás qué risa. Los periquitos, loros y compañía, no. Aves palmípedas, tampoco. Lo que más miedo me da es un pájaro "fuera de control", un pájaro que se cuela en una habitación por error... Lo de los pájaros pequeños lo tengo bastante controlado, pero...
... hace algún tiempo vivía en un apartamento ni muy grande ni muy pequeño, el salón tenía un balcón, el balcón estaba entreabierto, y yo estaba en el sofá (deporte de riesgo), cuando oí un sonido inconfundible y se me activó la alerta pajaril. [A partir de aquí es conveniente visualizar al personaje con cara de susto] Me acerqué al balcón moviéndome a cámara lenta y allí estaba, en la barandilla, era algo parecido a un canario pero amenzadoramente grande. Di con un dedo al cristal con la intensidad suficiente para que se fuera, pero no tan bruscamente como para que se enfadara. Dos veces. Nada. El pájaro era bastante insolente y yo ya lo veía ahí durante días y semanas y meses, tiranizándome el hogar. Fui a prepararme un café pensando: "cuando vuelva seguro que se ha ido"... Y ahí estaba. Así transcurrieron unos momentos de lucha psicológica entre él y yo. Hasta que se me ocurrió una idea brillante. Pensado y hecho.
¡Riiingggggg!
- Hola.
- Hola, soy la vecina de aquí enfrente, no sé si me habrás visto por aquí, hace poco que me he mudado. (Introducción a lo telefilm, amistosa a la par que segura de mí misma).
- Sí, creo que te he visto entrar alguna vez. (Un hombre amable).
- He venido porque tengo un pequeño problema, a ver si me puedes ayudar... bueno, no es un problema, es que... bueno, que me dan miedo los pájaros y tengo a uno ahí en el balcón y no se quiere ir y... me da miedo.
- (El buen hombre pone cara de que le parece medio normal, pero no lo puede evitar y se ríe).
- Y bueno, había pensado que a lo mejor podrías hacerme el favor de cogerlo tú, si es que a ti no te da miedo.
Y no, no le daba miedo. Y vino conmigo. Y cogió al pájaro con sus propias manos y se lo llevó a su (propia) casa. Y allí vivieron felices.
Y no, no tengo un trauma gracias a Hitchcock. Y no, tampoco me picotearon unas gallinas enfurecidas cuando era pequeña. Y sí, la solución del vecino me parece ultra-apropiada.
Canción de mi día de hoy: "Spiderman'79", Veruca Salt.