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...tal como han hecho desde tiempos inmemoriales los jóvenes sometidos a presión, decidieron tumbarse un rato y perder el tiempo.

viernes, octubre 27, 2006

hay minutos que compensan



Podría decir que la doble ganadora de Oscar ganaría cualquier concurso de muecas y mohines al que se presentara con su actuación en esta película, o que Scarlett está rara, o que el final es precipitado, pero prefiero quedarme (y me cuesta escoger) con escenas como la de la pelea, el descubrimiento del cadáver, Kay bajando por la escaleras con los dos vasos de whisky en las manos o preguntando (dos veces y ni una más): what hapenned?. Y (nunca pensé que escribiría esto) con Mia Kirshner. Ahí queda.

miércoles, octubre 25, 2006

escoge siete letras

Cuando llega el invierno el mundo parece menos despiadado. Sobre todo si no tienes que ir a ninguna parte y te da igual que llueva como en una película de catástrofes. Sobre todo si te puedes permitir el lujo de jugar (1,2,3), aunque sepas que ahí fuera no se ha parado nada.

Una canción.Para silbar y tararear.


lunes, octubre 23, 2006

el día después

Cuando en un solo domingo te dan una buena noticia, sales a la calle aunque llueve, el nuevo bar de la esquina está lleno como se llenan los bares en invierno y es casi como estar en casa, por la tarde sólo son siete vueltas sufriendo y el resto ya se sabe, luego ves el partido sin tener verguenza ajena (casi), más tarde el jurado te hace el favor de poner casi en la puerta al falso guapo y al ex-gordo, cuando pasa todo eso, y además sabes que algunas cosas que están un poco enmarañadas se van a desenmarañar, es un buen día.
Si dejara de llover el tiempo suficiente para poner una lavadora y tender la ropa, o para salir a la calle sin tener que volver en piragua, sería perfecto.

viernes, octubre 20, 2006

lo extraordinario

Los científicos demuestran que es posible hacer invisible un objeto.

Ese es el titular. Y dejando aparte aplicaciones militares (que no me interesan) y el rango de las microondas (que se me escapa), visualizo la noticia con titulares girando en espiral y voz en off.

Hay manos con mucha facilidad para hacer desaparecer lo extraordinario. Pequeño suspiro.


(La noticia).

lunes, octubre 16, 2006

el curioso incidente del Vespino a medianoche


Cuando te metes (porque hay sitios donde entras y hay sitios donde te metes) a ver un partido de fútbol (de cuyo nombre es mejor no acordarse) en un bar en el que el colmo del estilismo es enseñar una barriga (por decir algo) cuyo volumen desborda las dimensiones del polo que intenta guardarla y ofrecer una vertiginosa panorámica de espaldas de un, vamos a llamarlo así, culo, puedes esperar que pasen cosas, claro. Pero a veces las previsiones se ven superadas.

Al principio, el interés estaba en averiguar por qué el segundo camarero llevaba once días sin hablarse con su mujer, luego en contar cuántas veces un descamisado y descalzado émulo de Mark van der Loo a lo puerco sería expulsado del bar, más tarde en preguntarse cuántos minutos seguidos puede estar un equipo en el campo sin jugar a nada parecido al fútbol, hasta que...

Primero, los antecedentes: con estos oídos privilegiados y esta vocación por el cotilleo, llamémosla interés por los sucesos circundantes, ya estaba en nuestro conocimiento de espectadoras que esa misma tarde le habían robado la moto al hijo del propietario y cuidador de esa barriga hipnótica, con la indignación que estos actos de rapiña urbana le causan a uno. Fin de los antecedentes.

De repente, suena el tubo de escape de un ciclomotor. El sonido es reconocido al instante por la parroquia. Lo siguiente: salen a la calle, corriendo los que podían, se oye la moto aterrizar sobre el asfalto, con el ladrón encima, imagino. El dueño de la moto llega con el torso al aire dispuesto a impartir justicia y venganza, y nada mejor para ello que vaciar (ante todo que no haya salpicaduras) un vaso de la barra y salir con él en la mano, un niño gordo intenta participar en la pelea y le rompen la camiseta intentando separarlo del peligro, y el más creativo de todos, entra en el bar, se mete hasta la cocina, y sale con un cuchillo cebollero firmemente agarrado pero sin ostentación.
Ahí se queda el plano fijo hasta que se nos desvían los ojos otra vez hacia la puerta, el malhechor no sólo no ha huido sino que ha vuelto armado con un bate de beisbol, una mujer todo rosa fucsia grita desaforada, el niño gordo se revuelve, y el camarero con dificultades conyugales detiene al del cuchillo con una frase gloriosa: "el cuchillo no, que tiene mis huellas".
Eso nos dio el pie perfecto para salir discretamente y sin pagar por una puerta lateral. Y en el lateral nos quedamos observando hasta que pareció que las armas y el aguerrido delincuente desaparecían. Pensamos que ese sería un buen momento para entrar, pagar, y ver los cinco últimos minutos del partido.

viernes, octubre 13, 2006

pequeñas inquietudes cotidianas

Una vez inoculado, ¿qué virus debilita el sistema inmune con mayor efectividad y rapidez, el del entusiasmo o el del desinterés?

miércoles, octubre 11, 2006

retorno a Edén (es un decir)

Irrealidad, eso es lo que se apoderaba ayer de mí mientras bajaba las escaleras, me subía al autobús, llegaba a la estación, andaba los pasos hasta el mostrador, compraba el billete... Y abriendo la puerta del hormiguero unas ganas inmensas de tirarme al suelo y volatilizarme.
En realidad debería resultar tranquilizador que las cosas no cambien, aunque sea en el bando de la memez más absoluta. De momento ya rechacé el primer ir a tomar café, y de momento ya tuve mi primera conversación con el jefe supremo, y sí, conseguí lo que quería (esto también es un decir). Y también descubrí que casi es posible morir de la pereza que te da alguna gente, o de vergüenza ajena, o de una mezcla letal de las dos.

Y de regalo una minireyerta verbal en el tren (debería resultar tranquilizador que las cosas no cambien), las contendientes: catalana vs. andaluza. Apasionante.

viernes, octubre 06, 2006

perturbaciones

Deportes: el partido de la selección, nunca una selección y sus problemas había resultado tan cansina. Y esa quiniela con partidos de Segunda me exige un esfuerzo suplementario.
Las intrigas a alta velocidad de la F1. A mí Alonso me caía mal por unas minucias, pero ya no, porque alguien que se sorprende de que pasen esas cosas no puede caerme mal. Pobre.
Ficciones: ahora parece que unos cirujanos maxilofaciales están intentando recolocar las mandíbulas de los programadores de A3. Pues no sé, la única explicación que se me ocurre es que la inhalación accidental de algún tóxico te puede hacer creer (durante meses, eso sí) que una serie como la de A.O. funcionará. Y bien.
Y arranca OT. Viendo los cástings se me ocurre que deberían prohibir el cante de algunas canciones. ¿Es que no hay más? ¿Es que este país está lleno de adolescentes que cantan canciones de Nino Bravo -al que dudo que fueran capaces de identificar en una rueda de reconocimiento-?, ¿es que nadie va a dar un grito si se vuelve a oír "strrruming my pain with his fingers"? Ay.
No ficciones: aquí podría hablar de la saturación informativa. Acoso escolar, operación Malaya... esto tiene la saturación, que ya no puedo seguir.

miércoles, octubre 04, 2006

the way we are+the way we were+the way i am

Hoy estaba esperando que mi hermana viniera al recogerme. Escuchaba una canción de The Killers muy apropiada para cantar con micrófono y hacer que tocas la batería.
Sentada con las piernas cruzadas y cantando con las manos, me acuerdo de cuando bailábamos lo mismo Move over que Rearview Mirror, Cannonball que Trouble. En esa época pasaban cosas como que a mí me miraban desde una esquina, y yo pensaba que era mucha casualidad tanta mirada, pero luego volvía pensar que claro que era casualidad, o que D. se quedaba dormido y ya aprendimos a no despertarlo hasta que nos íbamos, porque él tenía su hora de dormir, o que le chamuscábamos un poco el bolso a una que nos caía mal, sólo un poco chamuscado, o que decíamos "sólo una canción más, a ver cuál ponen ahora", y de verdad nos iba la vida en ello, y nunca era sólo una, o que nunca nos íbamos cuando se nos acababa el dinero. Algunos tratos los cumplíamos y otros no.

Luego me he quedado pensando en cómo el sol me daba en la nuca. Y he hecho algunos tratos en bajito. Para cumplirlos. También he pedido un deseo, para que me lo cumplas si quieres.

martes, octubre 03, 2006

un mundo maravilloso


Que levante la mano quien no piense en Harrison Ford y Kelly McGillis bailando a Sam Cooke en el granero cuando oye la palabra amish. Yo también pienso en un par de telefilmes memorables, pero sólo porque soy una enferma. El tema "ascensión y caída de K. McGillis" lo dejamos para otro día.
Siguiendo esa costumbre tan de ellos de entrar en un colegio con una escopeta y disparar, ayer el escenario fue un colegio amish. Como dijeron en un noticiero: "esta vez el mal entró desde fuera". Es tan guay cuando el redactor se siente inspirado.
Estoy deseando saber qué suceso de hace veinte años ha provocado esta venganza servida ya no fría sino helada. A alguien falto de voluntad como yo, ese tesón de los rencorosos le resulta fascinante a la par que incomprensible.
Y aquí un programa con amish teenagers en su interior. Para que nos demos más cuenta de que ya ni ellos son lo que eran.

lunes, octubre 02, 2006

tonterías para el lunes


Mientras dicen por ahí que ya es otoño, miro por la ventana y no, me veo metida en el agua (mucho más clara que en verano) hasta la cintura y vuelvo a pensar que no.
Mientras el otoño llega y no, me llaman del hormiguero y esto sí que se cumple con más inexorabilidad que los cambios de estación: lo mismo de siempre. Es curioso lo poco que duran las buenas intenciones. Me aburro tanto que ya ni me sale ser amable, doy datos y expongo mis necesidades. Y a esperar.
Mientras espero y no, me río porque mi perra me mira desde el suelo y no sabe que dentro de un rato la voy a llevar a la playa, pero tampoco sabe que esta tarde tiene cita para que la esquilen (con cuidado). Eso sí que es vivir al día. Al cuarto de hora.
Y pienso (ya que la quiniela ha vuelto a fallar y no tengo que pensar en qué hacer con el dinero aunque es un pensamiento recurrente y bastante socorrido para momentos de vacío mental y/o hartazgo laboral) en el retrofuturo, el futuro visto desde el pasado.
Una mezcla adictiva de ingenuidad, imaginación y atrevimimento. Y es bello. Qué más se puede pedir.