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...tal como han hecho desde tiempos inmemoriales los jóvenes sometidos a presión, decidieron tumbarse un rato y perder el tiempo.

viernes, mayo 26, 2006

el verano

Más de una vez he dicho y escrito que el verano está sobrevalorado y que prefiero el invierno y que en verano siempre me pasan cosas raras tirando a malunas y que nunca salen las cosas como espero en verano.
Pues este verano también, pero al revés. Y como tengo esa capacidad de acoger los cambios con entusiasmo de mundialista y naturalidad de niña de cinco años, este verano me gustará mucho.
Y no tengo más planes que una cama. Así están las cosas en este planeta.

jueves, mayo 25, 2006

líneas rectas y líneas curvas

Cuando era pequeña (algo) me regalaron un libro sobre el funcionamiento del cuerpo humano. Todavía lo tengo.
Explicaba también cómo funciona el cerebro, por qué algunas personas son zurdas, y, a lo que voy, que hay dos formas distintas de organizar las secuencias de pensamientos. Ilustraban la explicación con un dibujo, se veía a dos chicos, cada uno subido en una pequeña plataforma, uno de ellos saltaba desde la primera plataforma hasta la última en línea recta, el segundo chico saltaba hacia la plataforma de al lado, retrocedía, avanzaba, se desviaba de la recta y al final llegaba también a la última.
Desde entonces he visualizado muchas veces al chico de los saltos no lineales.
Y últimamente, los acontecimientos me han dado la oportunidad de pensar en lo que se supone que es el orden lógico de los hechos, en lo que te dicen que es el orden lógico de los hechos. Y me río, porque la mayoría de las veces, el orden lógico no tiene ninguna importancia. Si acaso estorba.

martes, mayo 23, 2006

la relatividad de los conceptos absolutos

Nunca pensé que podría pasar algo que me hiciera perder la capacidad de ver un capítulo completo de una serie (de una película entera ni hablamos), ni tampoco pensé que podría pasar algo que me hiciera perder la capacidad de concentrarme para leer. Mientras, sobrevivo gracias al móvil sobre todo, y a los programas que no se resienten de un zapping indiscriminado y una atención saltarina pero unidireccional.
Y en el mundo real, me dan ganas de juramentar en arameo cuando veo que Raquel López entra alegremente en el quirófano para operarse la nariz. Ella no espera porque es cash surgery, claro. Nunca pensé que estaría esperando con tantas ganas un bisturí que no fuera catódico.

domingo, mayo 21, 2006

hay cosas que se aprenden así

Hoy por ser domingo (ese día que puede ser inquietante o acogedor depende de dónde estés y con quién) hablaremos de esa gran actividad humana que es escurrir el bulto.
Hace muchos años, cuando todavía tenía el tamaño y la edad para que me llevaran en brazos (sin causar lesiones lumbares), aprendí una valiosa lección y sin necesidad de libros de autoayuda.
Mi abuelo (ser inocente donde los haya) me tenía en brazos en el salón, y yo aproveché ese momento perfecto y esa altura inaudita para tirar de un tapete que tenía encima unos candiles de cristal en miniatura. Rojo, verde, amarillo y azul. Y dos sorpresas por el precio de una:
  1. Causa-efecto. Al tirar del tapete lo que hay encima se mueve y se cae. No olvidar.
  2. Falso culpable. Mi abuelo se dio la vuelta y dio por hecho que él les había dado a las lamparitas con el codo.

Qué sabia es la vida que te enseña en qué consiste la impunidad de una forma indolora.

viernes, mayo 19, 2006

cosas que pueden pasarte en un hospital

  1. Que te saquen sangre y te arañen con la aguja al sacarla, así consigues, aparte del agujerito, un bonito cortecillo. Si ya tienes un pequeño hematoma cerca del nuevo corte, y un tatuaje en el brazo, has conseguido gratis un look hospitalariodecadente muy interesante. (Las ojeras vienen incluídas).
  2. Desayunar pastas con tu compañera de habitación mientras habláis fatal de la doctorcilla que acaba de salir.
  3. Que esa misma compañera de habitación te deje poner House y Anatomía de Grey seguidas. Y el fútbol.
  4. Que no le importe que te quedes hablando por teléfono hasta las dos y pico de la madrugada.
  5. Que te cambien de habitación y te toque una familia de trolls. Y tú, que eres una persona amable, tengas que ponerte borde nada más llegar.
  6. Alegrarte si te toca camisón celeste y no blanco. (En este momento debes poner en marcha las alertas, te estás adaptando demasiado).
  7. Al salir, ir a despedirte de tu compañera a la habitación donde fuistes felices un par de días y quedar al año siguiente en un sitio. Qué bien que siempre haya gente teatrera por ahí.
  8. Echar de menos todo. Y algunos todos más que otros.
  9. Que te despierten para ponerte el termómetro cuando estás quedándote dormida.
  10. Que te llame mucha gente por teléfono y si quieres no lo coges porque estás en el hospital (por fin la excusa irrebatible).
  11. Constatar el triunfo de la biología y los instintos primarios.

lunes, mayo 15, 2006

algunos condicionales y una certeza

Podría contar infinidad de minucias sobre enfermeras rubias, vías, doctores con nombre de condimento y cara de acelga, humor negro, compañeras de habitación escapistas, buscar las ocho diferencias entre Cruz Gándara (o Kerry Weaver) y la realidad... y no digo que no las vaya a contar, pero hoy voy a hablar de que aunque parezca poco probable a priori, es posible elaborar teorías sobre la conveniencia de contarle a tu pareja que has cometido un asesinato para protegerla, y si corres más riesgo de caer en manos de la justicia si tu es pareja es calvinista o católica... También es poco probable pero posible localizar entre dos la capacidad actoral de Morgan Fairchild en el movimiento (a veces sutil, a veces más espasmódico, según la intensidad dramática de la escena) de su cuello/hombros/esternón.
Hay tantas cosas poco probables, que cuando la mejor cosa resulta que ya no es poco probable sino posible, y luego ya no es posible sino real, y luego ya no es real sino lo que es, lo que queda es respirar, decir "gracias" en varios idiomas y hacer que el tiempo corra. Aunque si no corre tanto tampoco pasa nada porque existen seres especialmente dotados para llenarlo de contenido.

lunes, mayo 08, 2006

clic

En esta cosa (doy gracias por esta palabra) de decisiones en que me hallo, ayer decidí que no iba a ir a trabajar. Ni hoy ni mañana ni hasta el uno de junio. Que renunciaba al curso. Si tengo que renunciar, renuncio. Sin sueldo. A estas alturas no voy a subvertir el orden de mis prioridades. Y una prioridad inamovible es estar bien. No creo que cuidarme sea un derecho que me tengan que otorgar en el hormiguero. Así que esta mañana, extrañamente despejada para lo que había dormido, y con una puntualidad mía, marqué y expliqué. Fue tan fácil que hasta me ofendí.

Y bueno, iré al hospital y estaré pensando en salir. Si lo pido, seguro que pasa rápido.


Y otra cosa, ¿es posible no cansarse? Digo que sí.

domingo, mayo 07, 2006

motivos para bailar (y cantar)

(Los adictos a las cosas vulgares deben retirar ahora mismo sus ojos de estas letras).

A veces pasan cosas como que piensas: ojalá. Y es que sí. Y sin darte cuenta y habiéndote dado, y viéndolo y volviendo a mirar es que sí. Y ha sido todo tanto. Y me he equivocado al conjugar porque se me atropellan las ideas, y va en presente absoluto, que no existe pero me lo invento.

sábado, mayo 06, 2006

el signo de los tiempos


MIentras desayunaba he estado viendo el primer episodio de Ruy, el pequeño Cid. Aparte de que los dibujos han resistido muy bien el paso del tiempo, ahí estaban las constantes: un niño más o menos solo, una madre en incierto peligro de muerte, un padre de la sección "alta exigencia" (también los había pusilánimes como el de Marco, o directamente ausentes como el de Heidi)... Y la violencia, que parece que se inventó en los noventa, y no. Esta era infinitamente más matizada (y por ello mejor). Nótese el espectacular y amenazador brillo de la hoja del cuchillo.
Y lo bien que hemos quedado todos. Sin ironía.
Y como esto no es un análisis, aquí lo dejo.

viernes, mayo 05, 2006

epifanía

Al borde de la hora de comer he vencido mi felipismo, he encendido el móvil (después de varios días de estrategia de ocultación, que ha funcionado a ratos, es lo que pasa por poner tener fijo), y he llamado al hormiguero. El objeto de la llamada era saber a qué hora tengo que ir el lunes, un dato casi imprescindible. La señorita Topisto ha interceptado mi llamada y ha intentado echarme algo parecido a un rapapolvo, pero lo he esquivado bien, zas, zas, y por fin, a trevés del hilo telefónico, he llegado a mi destino, M. (que necesita un nombre también porque durante este curso será la encargada de supervisarme o como se llame). M. me ha comunicado que el lunes tengo que esar allí a las 17:30h. Así que este curso es por la tarde. Eso quiere decir que me voy a ahorrar los madrugones que tan bien me sentaban, y que aunque voy a pasar más tiempo desplazándome, mi convaleciente (hay que escoger una palabra) chasis lo agradecerá.


He visto en las noticias que han desmantelado una red de buscadores de tesoros. Yo no me sentiría orgullosa de eso, así que he desconectado y he preferido dedicarme a pensar (acompañada por el recuerdo de las fotos de un libro que trata de navíos hundidos, y cofres llenos de oro y piedras preciosas) que buscador de tesoros es una profesión romántica.



Y entre la llamada y la noticia, me dí una ducha y me sentí como nueva (*)


(*)(Del lat. novus).

adj. Recién hecho o fabricado.
adj. Que se ve o se oye por primera vez.
adj. Repetido o reiterado para renovarlo.
adj. Distinto o diferente de lo que antes había o se tenía aprendido.
adj. Que sobreviene o se añade a algo que había antes.

en las minucias me hallo...

  • En los últimos cinco días dos personas distintas (claro) me han dicho: "necesito verte y hablar contigo". Curioso.
  • Me causa gran emoción quitarle el plástico al dvd de Perversidad y escoger el momento para verla.
  • Jiménez Losantos vía AR me regala (quién lo iba a decir) un nuevo sentido para el adjetivo lanar aplicable a quien me de la gana a partir de ahora.
  • Imaginar y recordar a veces son casi sinónimos.
  • Si tuviese que elegir entre ir a trabajar el lunes o ser enterrada hasta el cuello con la cara untada de miel, me lo pensaría.
  • Me gustan los cambios. Y pensar en ellos. Otros verbos: escoger, esperar.
  • Ver noticias sobre la reforma laboral y el papel de los sindicatos en las negociaciones es contraproducente para mis niveles de calma.
  • Todavía no he dicho nada sobre La casa de cristal, ni sobre Supervivientes, ni sobre las segundas temporadas de House, Mujeres desesperadas y Perdidos. Ni sobre que espero que el hormiguero no se interponga entre el Mundial y yo.

jueves, mayo 04, 2006

los viajeros del tiempo


Todavía pongo la mayoría de caras que ponía cuando tenía ese tamaño. Y algunas cosas las pienso igual.

miércoles, mayo 03, 2006

seré una tumba

Llevaba unos días pensando en la consciencia. Que nadie se asuste, seré breve y repartiré escafandras si es necesario.

Ese momento en el que somos conscientes de ser nosotros y no otros. Sobre ese momento pasaré de puntillas. La siguiente cosa de la recuerdo ser consciente, es ser la hermana de mi hermana. Mi hermana nació el día de mi segundo cumpleaños. Me quedé con la tarta y con mi abuela, y me pareció bien porque la estaba esperando. La llamaba por su nombre (al final lo cambiaron por otro, si eso no es tentar la paciencia y la destreza articulatoria de una persona de menos de dos años, decídlo) desde antes de que naciera , y a la gente en general le hacía gracia, supongo que esperarían otra reacción. Incluirla en mis juegos fue fácil. Y luego alternar los papeles de hermana mayor y menor según nos convenía, también. Y reírnos.

Unos años más tarde, pocos, cuando yo tenía seis, fui consciente de otra cosa, como me ha pasado más veces, recibí demasiada información sin pretenderlo, yo entonces no sabía lo que era el exceso de información, pero supe, de pie al lado de la mesa, que no se lo podía contar a mi hermana. Desde entonces se me ha dado bien evaluar posibilidades.

de mi inagotable capacidad para las minucias

Próximamente:
  • Plantas nuevas para el balcón.
  • Un plato que necesite más de 45 minutos de elaboración.
  • Gafas nuevas.
  • Y lentillas nuevas.
  • Una larga lista de atrasos cinematográficos me espera. A mi ritmo.
  • Andar despacio y con los ojos abiertos.
  • Administrarme por vía oral los viales de melancolía que tengo guardados. No sobrepasar la dosis perfecta.
  • No poner en duda mi salud mental si veo cosas sorprendentes. Mirar. Porque pasan.

más minucias

El otro día (o hace dos semanas, o tres), ví Very important perros, que tiene un título tan feo que hasta me ha dado cosa escribirlo. No voy a utilizar el tópico: es más difícil hacer reír que llorar... porque dependerá del estímulo en todo caso. Pero me he reído, sobre todo con lo bien retratada que está la ridiculez en distintas variantes. Sale Parker Posey, aquella que iba a ser la musa número 576 de la cosa indi y se quedó un poco por el camino, y sobre todo sale Catherine O'Hara. Hay que ser fan de esta mujer. Y no voy a decir nada más.


Hay que tomar decisiones, yo ayer decidí ponerme una camiseta negra de Mickey Mouse para dormir, también decidí no quedarme dormida viendo una película, y decidí que estaría bien que la tormenta de ayer durase toda la noche, y así fue. Hoy está nublado, y me parece perfecto. Porque yo no.



martes, mayo 02, 2006

tonterías para el martes (inexorable)




lunes, mayo 01, 2006

tanta ironía en los acontecimientos me va a matar

Ayer vino a casa R. Más que nada a contar que lo ha dejado con E. Llegó a las cinco y se fue y las nueve y media. Y ahí estuvimos, desmenuzando los hechos y los dichos, y los no dichos. Para eso me dan por supuesta la paciencia y cierta capacidad de análisis. Ah, y la tranquilidad, dicen. Y además de lo que hablé (al principio poco y luego más, necesito tiempo para arrancar), luego me quedé pensando en eso de las relaciones y en lo mitificado que está todo.

Y esta mañana, me he visto pensando en la ironía, en las relaciones, en lo fácil que me sería escribir una larga entrada bordeando el ridículo (y cayendo en él), o una entrada elegíaca sobre lo que fue y ya no va a ser más... pero, no. Porque lo que me puede es la ironía esta de los acontecimientos. La que hace que ayer me viera desmenuzando una ruptura ajena y hoy esté intentando gestionar la mía.
Y no, al final no he (re)visto El estrangulador de Boston, pero sí he leído el Fotogramas. No todo va a ser malo.