hay cosas que se aprenden así
Hoy por ser domingo (ese día que puede ser inquietante o acogedor depende de dónde estés y con quién) hablaremos de esa gran actividad humana que es escurrir el bulto.
Hace muchos años, cuando todavía tenía el tamaño y la edad para que me llevaran en brazos (sin causar lesiones lumbares), aprendí una valiosa lección y sin necesidad de libros de autoayuda.
Mi abuelo (ser inocente donde los haya) me tenía en brazos en el salón, y yo aproveché ese momento perfecto y esa altura inaudita para tirar de un tapete que tenía encima unos candiles de cristal en miniatura. Rojo, verde, amarillo y azul. Y dos sorpresas por el precio de una:
- Causa-efecto. Al tirar del tapete lo que hay encima se mueve y se cae. No olvidar.
- Falso culpable. Mi abuelo se dio la vuelta y dio por hecho que él les había dado a las lamparitas con el codo.
Qué sabia es la vida que te enseña en qué consiste la impunidad de una forma indolora.
5 Comments:
Alguien debió de sentirse muy culpable y alguien debió de sufrir por sus candiles de colores.
21 mayo, 2006 21:38
Alguien se sintió sorprendida por lo fácil de los acontecimientos.
Y algiuen no sufrió nada porque todos los candiles quedaron intactos. (Eso es suspense)
21 mayo, 2006 21:42
Menuda estás hecha...
22 mayo, 2006 09:25
Cada día soy más fan tuya...
22 mayo, 2006 21:06
vilipendia: que sepas que era muy buena. Y soy. Tengo pruebas.
s: gracias, me parece muy bien eso.
23 mayo, 2006 18:06
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