Testigo recibido desde aquí.
Me resulta fácil hacer listas abiertas, pero hacer listas cerradas, no. Cuanto más me gustan las cosas a listar, más difícil es. Y más listas salen. Podría hacer una lista de mis diez películas favoritas en blanco y negro, otra de mis diez películas favoritas de Woody Allen, otra de mis diez musicales favoritos, otra de mis diez comedias, otra de mis diez de dibujos, otra de mis diez de romanos, otra de mis diez de miedo, otra de mis diez de los ochenta, otra de mis diez películas malas favoritas... Y así... Y aún así, dejar cada lista en diez sería difícil. Así que he decidido dejarlo en una lista de películas que me gustan mucho no anteriores a 1990 (y ya me están viniendo a la cabeza muchas más anteriores a ese año y me estoy arrepintiendo):
Eduardo Manostijeras, Tim Burton (1990).
Por Vincent Price, la nieve, la tristeza, la crueldad debajo de los colores brillantes, ese sentido del humor (el personaje de Anthony Michael Hall, tan antipático y tan insensible, cuando unos años atrás había representado todo lo contrario), y supongo que sobre todo, porque es un cuento muy bien contado y porque me reconozco o me quiero reconocer.
Uno de los nuestros, Martin Scorsese (1990).
Mi película favorita de (vale, sobre) mafiosos. El ritmo. Y Lorraine Bracco. Y Joe Pesci, lo mal que me cae y lo bien que está.
Drácula de Bram Stoker, Francis Ford Coppola (1992).
Me da igual que los que le ponen pegas digan que es artificiosa (¿eso es malo siempre?). Es perturbadora, nueva, clásica, irónica, y sí, lo voy a decir: romántica (otra palabra que están a punto de vaciar de significado, y lo que es peor, de llemar de otro significado).
Tierras de penumbra, Richard Attenborough (1993).
Ua película no rancia de R. Attenborough. Una película pequeña que trata sobre pérdidas pero sobre todo trata sobre ganancias. Y Debra Winger.
Criaturas celestiales, Peter Jackson (1994).
Un ejemplo de cómo lo visual puede estar lleno de contenido. Lo dejo ahí. Por abreviar.
Los asesinatos de mamá, John Waters (1994).
Kathleen Turner (una presencia), y un argumento que a quién no se le ha ocurrido viendo algunos ejemplos de familia feliz. Y el resto de cosas que son una película de John Waters.
Ed Wood, Tim Burton (1994).
¿Cómo no me va a gustar tanto? El reparto, y el amor por el cine, y el entusiasmo (suicida, pueril, poco realista, infantil, lo que queráis, así también me vale).
La princesa Mononoke, Hayao Mizayaki (2000).
El personaje, los dibujos, los movimientos, lo que cuenta... Para los que dicen que los dibujos animados no son de carne y hueso.
Bailar en la oscuridad, Lars von Trier (2000).
Me gustan los musicales (no todos) y los dramas (no todos). Pero este sí. Y ese desvalimiento.
Lost in translation, Sofía Coppola (2003).
Trata temas favoritos: (in)comunicación, relaciones no convencionales, desplazamiento, extrañeza... Y silencios. Música. Japón. Y la estética.
Al final me ha salido una lista sutilmente (o no) temática. Y mientras la he escrito, me han ido asaltando títulos. Ay.
(Una buena noticia: dicen en la página de Elefant (y en otro sitio me lo han dicho y por eso estoy más tranquila) que Nosoträsh tocarán en Sevilla el cuatro de marzo. Y al lado de casa. Ahora nos alegramos los que estamos aquí).
Canción de mi día de hoy: "This is the dream of Win and Reg", Final Fantasy. Dos clicks y es vuestro el vídeoclip de la canción. Me gusta mucho porque ilustra bien eso que me pasa a veces (casi todos los días): la vida es una banda sonora (versión abreviada).