más o menos esto fue el concierto

Yo tenía (tengo) una primorosa lista de diez canciones que iba a colgar aquí como representación del concierto del sábado, pero los servidores se alían para que mis buenas intenciones se queden en eso. De momento. Mientras, esto:

el diseño industrial al servicio del bien

El otro día probé por primera vez un balancín con muelles. Nada que ver con aquellos tiempos en los que la ergonomía sonaba a ciencia ficción y nos curtíamos con golpetazos fatales para nuestras futuramente decrépitas columnas vertebrales.

Los balancines con muelles te hacen sentir dueña de tu equilibrio y un poco cowgirl eléctrica.

El mío tenía forma de bicicleta, el de la foto es feo, pero en un primer vistazo me ha recordado al dragón Elliot, y ya no he seguido buscando.

dianóstico diferencial

Ahora toca saber a qué personaje (sección chicas) de Anatomía de Grey te pareces más.
Y voy de un alivio en otro, porque si me llega a salir Meredith no sé si lo hubiera hecho público.
El resultado: you are very direct and sometimes that is a bit much for people to handle, but you just call it like you see it. Life's too short not to be lived to the fullest and if that scares some people, then who needs them? You're an all-or-nothing person, so people who can't commit have no place in your life. You deserve someone who loves and lives as hard as you do.
Estos tests sí que son fiables, no como los que reparten en las facultades de Psicología.

Soy la doctora Torres y no me lo esperaba. Pero me gusta, y más después de verla estampar contra la taquilla a Meredith (con más suavidad de la que se merece).

diez minutos para la terapeútica

Supongamos que me doy de baja de mi forma de ser durante unos cuantos días. Como unas vacaciones forzosas por agotamiento. Entonces vienen y te dicen que no te pega decir esto o aquello, y que tú no eres así. Y eso está bien, porque te hace pensar que quienes te lo dicen no han perdido de vista a la que eres.
Pero para que vuelva lo más rápido posible, a pesar de toda mi independencia y mi capacidad de relativizar, a lo mejor necesito el brazo por encima y otras cosas de ese estilo tan poco argumentativo.

el agua por los tobillos

A veces los días lo arrasan todo.
Como cuando estás en la orilla y el agua al retirarse se lleva la arena de debajo de los pies. Y aunque intentes agarrarla se escapa. El sol en la cara, meterte desnuda entre las sábanas limpias, los últimos cinco minutos y me levanto, los desayunos, el último capítulo de la serie, la última página del libro, la barra del bar, la charla que no se acabaría nunca.
A veces el tiempo se nos llena de cosas sin que podamos evitarlo, pero siempre podemos escoger de qué no lo queremos vaciar. O intentarlo.

estrategias

Esos dos de ahí son Hansel y Gretel antes de darse cuenta de lo que se les venía encima. ¿Y a qué viene esto? A que es posible que si me veo tarde, muy tarde, dando vueltas en la cama, se me ocurra pensar en cosas tan absurdas como esta. Supongamos que la bruja ya está en el otro mundo, y como no tenía en sus cuentas liquidez suficiente para hacer frente al pago de la indemnización que incluye la sentencia post-mortem, el juez decreta el embargo de su propiedad. La casa. Y el padre de Hansel y Gretel, al que podríamos llamar Hans (no voy a entrar en si deberían haberle quitado la custodia de los niños inmediatamente) vuelve un día a casa y les cuenta a las criaturas que se van a vivir a la casa de la bruja. ¿Querrían? Supongo que tendrían miedo (aunque igual estaban curados de espanto) y ninguna gana de volver a revivir el cautiverio (uno) y la sobredosis de trabajo (la otra). Aunque puede que estuvieran dispuestos a olvidarlo todo y poner en primer lugar el consumo de jengibre y bombones. También puede que el padre intentara convencerlos diciendo: vamos, no pasa nada. Y que Gretel (que para eso se cargó a la bruja) le dijera: claro que pasa, pero haz que se nos olvide o que deje de tener importancia. Entonces puede que Hans estuviera una semana cambiando la decoración de la casa para que cuando los niños entraran en ella pareciera totalmente distinta.

febrero y lo que va de marzo

En este pulcro paquete vienen quince de las canciones que más escucho últimamente.
Viva el karaoke.

Lateral Dancing.

se sentó en una tapia

Hablando sobre un intento para dejar de fumar: "en realidad creo que no tengo mono, tengo nostalgia".
Y sin nicotina mediante, entre el mono y la nostalgia me hallo.

A veces me pasa que si no puedo hablar de todo, se me van las ganas y no hablo de nada.

Y otras veces me gusta pensar que estoy sentada en una tapia con las piernas colgando. Siempre doy con los talones en la pared, y después de haber dado, me acuerdo de que esos golpecitos son un claro maltrato que mis botas no se merecen. Si además pienso en que esa parte que está justo por encima de los talones es tan indefensa que cualquier cosa puede hacerle daño, el remordimiento me hace encoger los hombros.

Y me acuerdo de cuando nos dimos cuenta de que tenemos las manos tan parecidas que son casi iguales. Tardamos un buen rato en decirlo en voz alta por si eran imaginaciones nuestras. Pero no.

lo que da de sí

• Empezar con la segunda temporada de Weeds. Es tan corta, tan ingeniosa, tan nada reiterativa, y los actores están tan bien que, ¿qué más hace falta?
  
• Ingerir, porque así ha sido el ritmo, hasta el capítulo dieciséis de Héroes. Todavía no sé cómo estoy siendo capaz de no ver el diecisiete, que reposa en su confortable carpeta desde el martes. Espero el momento perfecto. Y claro que he hecho el test para saber a qué héroe me parezco más. Dos veces. La primera vez salió Hiro y ya pude respirar tranquila, la segunda Matt, y también, los amo a los dos. Y no se me ocurre un destino más triste que hacer el test y que te diga que te pareces a Mohinder. El mundo se divide (también) entre los que ven esta serie y los que no.
• Una dosis alta de Big love. Cómo me gusta no equivocarme con una serie. Y esta me gusta más cuantos más capítulos veo. Supongo que se podría definir como "adulta". En el buen sentido de la palabra. El capítulo cinco es una muestra inmejorable.
  
• La tercera temporada de Mujeres desesperadas, que me está gustando bastante más que los últimos capítulos de la segunda. Y Susan ya no me irrita tanto aunque su nuevo pretendiente me de grima.
• House, que me da la impresión, después del último capítulo con puñetazo a Chase incluido, de que se encuentra en un momento peligroso. Será porque yo le hubiera dado un puñetazo a él. Pero lo que les pido a los guionistas es que saquen más a Cuddy en el quirófano haciendo cosas de médicos y vestida de. Si puede ser en azul, mejor.
• Cinco hermanos (¿quién se habrá dejado las meninges en el título?), el estreno, de momento tiene varias cosas buenas: puedes aborrecer sin recato a Kitty y a su novio (aunque el novio es tan odioso que lo mismo ella sale beneficiada si sigue con él), puedes jugar a buscar las siete diferencias entre Sally Field haciendo de madre mosqueada y Sally Field haciendo de madre bipolar, te quedas más tranquila porque te das cuenta de que no sólo aquí funcionan las redes de contactos personales al ver que la esposa de su marido cambió sin dudar esos planos tan poco agradecidos de Prison break, por este personaje seguro que mucho más protagónico (¿con quién tendré que casarme?), y está Rachel Griffiths, que a mí me da igual que haga de neurótica, de hermana de la pelmaza violonchelista, o de cactus.
  
• Y lo que pasa, que te distraes, y un día a la hora de comer por una cosa, y otro día por la noche por otra, y sin darte cuenta ves dos películas de miedo: Spanglish y Jesus Camp. En la primera sale Cloris Leachman agarrada a una copita y con las únicas frases decentes de la función. Y a mí me pierde una borrachina de vuelta de todo. Y en la segunda sale una señora horrible que debería estar en todas las listas de Most Wanted del mundo. En YouTube hay vídeos ilustrativos.