el diseño industrial al servicio del bien

El otro día probé por primera vez un balancín con muelles. Nada que ver con aquellos tiempos en los que la ergonomía sonaba a ciencia ficción y nos curtíamos con golpetazos fatales para nuestras futuramente decrépitas columnas vertebrales.
Los balancines con muelles te hacen sentir dueña de tu equilibrio y un poco cowgirl eléctrica.
El mío tenía forma de bicicleta, el de la foto es feo, pero en un primer vistazo me ha recordado al dragón Elliot, y ya no he seguido buscando.
5 Comments:
Pues date por satisfecha. A veces estas cosas, probadas por primera vez a partir de cierta edad decepcionan. A mí me pasó con las pelotas ésas con cuernos para saltar. Puah. Menudo timo.
19 marzo, 2007 19:23
creo que si que es elliot!!!....son una gozada los balancines...pues a mi me encatan las pelotas con cuernos...no he crecido mucho...
jejjeejje
besines
20 marzo, 2007 13:44
Yo siempre seré fan de los toboganes, y de darles patadas a esos balones que a veces se le escapan a los niños en los pases largos mal medidos.
20 marzo, 2007 16:37
mrs. sarmiento: eso es que no las sabes usar bien, de ahí el resentimiento. Je.
lucca: es Elliot hecho en cinco minutos que tenemos prisa.
manga ranglán: el otro día conseguí devolver un balón de esos con la rueda delantera de la bici. Y sin caerme.
27 marzo, 2007 14:09
Pues yo no me veo... Es como el aparato que saca Madonna en el concierto pero a lo cutre. Juntamos una cutre como yo en un aparato cutre y sale una tía cutre en un aparato cutre haciendo el penas... yo no me veo... es más, no creo que quepa... Treserres
29 marzo, 2007 19:54
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