micro introducción a la historia de F.
F. nació con el nombre terminado en vocal y el apelllido en consonante, como casi todos los miembros de su circense familia.
...tal como han hecho desde tiempos inmemoriales los jóvenes sometidos a presión, decidieron tumbarse un rato y perder el tiempo.
F. nació con el nombre terminado en vocal y el apelllido en consonante, como casi todos los miembros de su circense familia.

La cosa es que yo debería estar terminando unos dibujos que esta tarde deben estar en la imprenta. La cosa es que ayer por la tarde me senté aquí dispuesta a terminarlos antes de que empezara Hospital Central, mientras mi archienemiga me repetía desde el sofá que tendríamos que haber vuelto antes de la calle (pero cuando esas admoniciones se hacen de vaga a vaga, y de persona recostada a persona sentada, pierden validez). Pero como una no puede escapar de sí misma, cuando hice una (larga) pausa para cenar gasté toda la minifuerza de voluntad con que mi personalidad me hace sobrevivir, en no beber más de una copa de vino. Así que ya a merced de mi forma de ser, y con ese sueño irrefrenable que sólo aparece cuando realmente tengo (subrayado) algo que hacer, volví a sentarme aquí, pero ya sabía que no iba a acabar los dibujos. Y empleé media hora en buscar una solución (treta, ardid, chanchullo, tratos que cualquier vago que lea esto reconocerá al instante) que me permitiera acostarme con la tranquilidad de saber que había ganado ocho flamantes horas sin estrenar para acabar los dibujos. Y aquí estoy, porque he madrugado (sin mérito, tenía cita con mi doctorcilla), he puesto el café (¿hay algo más prometedor para iniciar la jornada laboral que una cafetera recién llena y la cara lavada? Sí, sentarte en el sofá con el café y las viandas por delante y que te las den todas juntas hasta la hora de comer), la taza en la encimera, he abierto los dibujos que están ahí tal como los dejé anoche, y aquí estoy, pensando que todavía me quedan seis horas por delante. Y lo que dan de sí seis horas. Que me da tiempo seguro, es que aunque perdiera una de esas seis horas desayunando, me daría tiempo. Que tampoco es perderla, el desayuno es muy importante, ¿o es que acaso no voy a tener derecho a desayunar tranquila?, si no desayuno no rindo, y además, mientras desayuno puedo pensar, porque lo que importa es la idea, cuando tienes la idea el dibujo sale solo. Si es que aunque me quedara un rato más viendo la tele, ¿no me iba a dar tiempo de acabar en cuatro horas? Y en tres, si lo importante es tener la idea.Mañana es mi cumpleaños.