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...tal como han hecho desde tiempos inmemoriales los jóvenes sometidos a presión, decidieron tumbarse un rato y perder el tiempo.

jueves, diciembre 21, 2006

la vida en doce capítulos


Que son los que tiene la quinta y última temporada de A dos metros bajo tierra.

Me gustaría sentar en una butaca a los que dicen que la televisión no puede compararse con el cine y ponerles delante estas casi doce horas de mayúsculas.
He llorado tanto que los ojos se me han puesto verdes y se me ha mojado el cuello. No voy a enumerar sus méritos uno por uno porque me parece una publicidad muy barata. Ni voy a disertar sobre la vida, la muerte, los planos perfectos, la calidez y la frialdad, la pérdida, lo que se dice y lo que se calla, el sinsentido ni el miedo.
Estas personas van a acompañarme mejor que otras que han pasado por mi vida, porque para estar vivo no siempre hace falta ser de carne y hueso.
Y esta sensación de estar menos sola y haber descubierto algo no se evapora fácilmente. Eso es tener suerte. Los doce capítulos son para echárnoslos por encima como una capa protectora contra la estupidez y la falta de perspectiva sobre qué es lo importante, y también abrigan.

Y esto es lo que suena en los últimos cinco minutos, mientras todo acaba:

5 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Qué bien, qué bien.
Como dudo que mi hermano entre aquí, me voy a lanzar. Le he comprado la primera temporada. Que esta serie la hemos visto muy dispersamente, nunca por orden cronológico.
Lo bueno es que ahora tengo un filón para los siguientes acontecimientos susceptibles de regalos fraternales. Jeje, qué espabiladilla soy, coño.

vili (ahora soy yo la que no puede).

21 diciembre, 2006 10:18

 
Anonymous Anónimo said...

Vaya, me dejas sin respiración y casi casi con los ojos verdes... Qué manido lo que te voy a decir pero qué bonito texto. Tienes el increíble don de convertir en especial lo que los demás consideran mundano. Y no es algo que abunde precisamente. Gracias por regalos como este (y la recomendación, claro).

21 diciembre, 2006 10:54

 
Blogger nadadora said...

vili, vili, no te hacía falta firmar, el "qué bien, qué bien" ya te delata. Se me ocurre que igual te dejo uno un día a ver si sabes quién soy. Un comentario anónimo, digo.
Y sobre el regalo: si no amáis esta serie con todas vuestras fuerzas me aprendo una canción entera de la oreja.

lanueva: gracias a ti por el comentario, qué más voy a decir que no suene prefabricado.

21 diciembre, 2006 16:30

 
Anonymous Anónimo said...

¡No! ¡No será necesario, por dios! Si ya me gusta... Quita, quita.
(Y qué transparente soy, coño, para que luego digan por ahí que soy misteriosa. Ja).

22 diciembre, 2006 11:17

 
Blogger nadadora said...

Mejor, pero fíjate que yo no he dicho "gustar". Ja.

22 diciembre, 2006 15:12

 

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