las bondades de tener una memoria bien configurada
Fui una niña bastante tranquila, así que no sufrí más accidentes que los habituales, rodillas llenas de mercurio cromo y palmas de las manos despellejadas de apoyarlas al caer. Salvo un episodio que incluye una puerta, a mi hermana y un par de uñas mías fuera de su sitio, y esto otro:
una de las cosas que más me gustan en el mundo es comer pan Bimbo con Nocilla en la playa, a la hora de la merienda mi madre sacaba de la bolsa el paquetito envuelto, yo me sentaba en la toalla a su lado y el resto del mundo me era ajeno. Me acuerdo de todos los olores, la crema solar, la toalla, mi madre. Y sentada con mi tamaño de niña pequeña, veía las piernas de mi padre, que estaba de pie charlando con los brazos cruzados y el bañador celeste.
Aquel día, después de terminar con el pan, como siempre, fui a la orilla a limpiarme, volví y me puse delante de mi madre, con esa especie de orgullo que espera el visto bueno, pero me había manchado más de lo normal y todavía tenía chocolate en la cara, ve otra vez, anda, y fui sin rechistar, con esa especie de orgullo obediente, y al entrar en el agua sentí que algo me dolía y supongo que lloré, mi padre vino corriendo y me sacó del agua en brazos, había un trozo de madera con una puntilla.
Lo que pasó en el ambulatorio no lo recuerdo, sólo que salí de allí con el pie vendado.
Me llevaron a casa de mis abuelos, mi madre me puso una bolsa de plástico para que no se mojara la venda y me bañó. Recuerdo el pie apoyado en el borde de la bañera. Pero lo que más recuerdo es la papilla de frutas con galletas, y que no dejé ni rastro de ella mientras veía Barrio Sésamo sentada en el sofá frente al televisor. Cuando eres tan pequeña que todos los sofás son grandes.
una de las cosas que más me gustan en el mundo es comer pan Bimbo con Nocilla en la playa, a la hora de la merienda mi madre sacaba de la bolsa el paquetito envuelto, yo me sentaba en la toalla a su lado y el resto del mundo me era ajeno. Me acuerdo de todos los olores, la crema solar, la toalla, mi madre. Y sentada con mi tamaño de niña pequeña, veía las piernas de mi padre, que estaba de pie charlando con los brazos cruzados y el bañador celeste.
Aquel día, después de terminar con el pan, como siempre, fui a la orilla a limpiarme, volví y me puse delante de mi madre, con esa especie de orgullo que espera el visto bueno, pero me había manchado más de lo normal y todavía tenía chocolate en la cara, ve otra vez, anda, y fui sin rechistar, con esa especie de orgullo obediente, y al entrar en el agua sentí que algo me dolía y supongo que lloré, mi padre vino corriendo y me sacó del agua en brazos, había un trozo de madera con una puntilla.
Lo que pasó en el ambulatorio no lo recuerdo, sólo que salí de allí con el pie vendado.
Me llevaron a casa de mis abuelos, mi madre me puso una bolsa de plástico para que no se mojara la venda y me bañó. Recuerdo el pie apoyado en el borde de la bañera. Pero lo que más recuerdo es la papilla de frutas con galletas, y que no dejé ni rastro de ella mientras veía Barrio Sésamo sentada en el sofá frente al televisor. Cuando eres tan pequeña que todos los sofás son grandes.
14 Comments:
Ser una niña tranquila en aquellos tiempos de mercrominas era una suerte. A no ser que fueras una niña tranquila pero torpe, como yo. Entonces no había estatismo que te librase...
Cómo me gustan estos posts tuyos evocadores de infancia.
02 julio, 2007 11:48
Qué bonito.
02 julio, 2007 13:47
mrs. sarmiento: pobre, ¿te caías sola? Hay gente que conserva esa capacidad cuando crece.
Gracias, a veces pienso si debería desarrollar una especie de mitología de mi infancia. A mí también me gusta contarlos.
lanueva: gracias, aprecio esas dos palabras en lo que valen.
02 julio, 2007 14:14
Yo era como la Sarmiento, tranquila pero torpe (y lo sigo siendo).
Estos posts tuyos deberian ser obligatorios en los colegios.
Una con playas que dan miedo y la otra con playas y bimbo con nocilla. Hoy me va a dar algo.
02 julio, 2007 16:10
Sola, sí, sin ayuda de nadie. Ains. Así tengo los piños.
(Sunny, pero también tengo un montón de recuerdos infantiles playeros. Esta fobia es de nueva adquisición).
02 julio, 2007 16:21
Ays, con estos post habría que hacer como con los espoilers, avisar antes de su contenido altamente melancólico. Has hecho que se me salten las lagrimas, malvada.
Yo también era tranquila pero las cosas se empeñaban en golpearme, y como dice Nada no he perdido esa cualidad con los años.
02 julio, 2007 16:35
sunny: dichosos los ojos que te leen, albricias.
Qué cosas dices, piensa en las criaturas, obligatorios. Ay.
mrs. sarmiento: caerse sola tiene mucho más mérito que con ayuda.
Y mira que adquirir una fobia así ya de viejuna.
ohnenick: ay, cómo iba a saber yo que provocaría emociones sin freno. Pero oye, que me gusta. Gracias.
Quién sabe si me espera una centelleante carrera como descriptora de la nostalgia.
Está bien tomárselo como una cualidad, jeje.
02 julio, 2007 17:22
Aquello que provoca risa a tus semejantes ha de tomarse como una cualidad, o al menos eso me digo.
02 julio, 2007 18:24
Sabias palabras.
02 julio, 2007 19:01
He estado un poco out esta semana. Paso por aquí para volver a leerte, saludarte y volver a quedarme sorprendida. Un beso.
(A mí también me encantaba la papilla de frutas co galletas y naranjas)
02 julio, 2007 23:58
Es curioso como los olores y sabores te devuelven inmediatamente a la infancia.
Es abrir un bote de nivea y volver a la playa en modo croquetil, de tierra hasta las orejas
03 julio, 2007 12:38
te felicito,además de resultar precioso y evocador tu texto
has hecho que volviera a mi infancia,aquel dia que en una playa del norte ENOOOORME me perdí...
aquella angustia jamás se me ha olvidado...
04 julio, 2007 11:05
aquella cria,con su cubo y su pala
llorando entre la gente...
quereis saber como acaba?
04 julio, 2007 11:08
maine: gracias. En lo de la papilla discrepo, mi versión ideal no lleva naranja jamás, sólo pera, plátano, manzana y galletas.
geniera: pues sí, la pena es que a veces los malvados fabricantes cambian los olores de las cosas (por no hablar de los sabores), y ya sólo nos queda la memoria (que es mucho). Nivea sigue igual.
celine: gracias. De momento ya sabemos que no acabó en tragedia total, porque teclear puedes.
04 julio, 2007 13:15
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