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...tal como han hecho desde tiempos inmemoriales los jóvenes sometidos a presión, decidieron tumbarse un rato y perder el tiempo.

sábado, junio 04, 2005

48 horas-chicle

Que valen como una semana de ocho días.
La secuencia de los hechos:
Miércoles, 1:30 (madrugada):
Pretendo dormir, pero no puedo (nota: no pasar de dos cafés al día si pretendo dormirme a una hora razonable; en ningún caso café a partir de las 20h.). Víctima colateral de los exámenes: cuando estoy más o menos lista para dormirme, G. está nerviosa y se mueve tanto que no me deja. Las 3:00 en el despertador. En algún momento entre las 3:00 y las 4:00 me duermo. 6:45, me despierto quince minutos antes de que suene el despertador. No son horas, pienso. Y el día que me espera, pienso. A mí izquierda, duerme con cara de no haber roto un plato, me dan ganas de tocar la pandereta pero no lo hago. A las 8:15, me he duchado, desayunado, hecho un bocadillo de tortilla porque preveo que no me va a dar tiempo de comer en ningún sitio, escogido un cd para el discman, preparado la minimochila, y bajo las escaleras con más energía de la que esperaba tener. 8:45, estoy sentada en el tren con el trío de periódicos gratuitos y una revista prepago, me relajo. 10:20, llego a Villa Chinchilla presa de la pereza. 11:00, entro en ese vórtice llamado trabajo y no, no puedo firmar el contrato porque no ha llegado. Bueno, minucias, pienso. Abro la puerta de la pecera (el cubículo donde coexistimos), saludo, milagrosamente hay sitio, me siento delante de un ordenador, imprimo, fotocopio, pienso, resuelvo un par de cosas por teléfono, ya tengo la clase preparada, le pregunto a mi jefa si la puedo ayudar en algo. Y claro que sí... 14:15, salgo del vórtice, voy a sentarme al parque y me alimento, leo un rato como si no tuviese nada que hacer y... 15:00, a la estación de autobús. 15:15, a bordo del autobús que me lleva a M., que es un pueblo de Villa Chinchilla, donde me toca dar clase quince días. 16:00, llegada, buena noticia: a 15 metros de la parada de autobús hay un Mercadona, entro, cojo una lata de Aquarius y le pregunto a la cajera si sabe dónde está cecéoo; buena noticia2: está a cinco minutos (punto extra para la cajera por amabilidad).16:20, llego, unas cuantas alumnas están esperándome, me dan las llaves del local y entramos. 21:30, me acuerdo de por qué me gusta este trabajo. Van a ser quince días buenos. 21:50, otra vez en la estación de autobús esperando. Escucho música y me doy cuenta de que mi nivel de cansancio es alto. 22:30, llega el bus con retraso, a bordo otra vez. 23:15, estación de autobuses de Villa Chinchilla, quiero una cama. 23:45, llego al piso, R. está cenando, en "La casa de tu vida" nominan, me quito las lentillas y ceno porque tengo que alimentarme. 00:45, me derrumbo en la cama, leo un poco y me quedo inconsciente.
Viernes, 8:45:
Abro un ojo después de dormir de un tirón, me he despertado 45 minutos antes de que soñara el despertador. Bueno. Me ducho, desayuno, me armo de valor. 10:15, salgo a la calle escuchando Pulp, canto en voz alta "Disco 2000" y un chico que se cruza conmigo me guiña un ojo. 10:30, llego a la oficinilla y me encuentro para variar con una crisis. 10:45, acompaño a S. a desayunar y me cuenta su penúltimo enfrentamiento laboral. 11:45, me siento delante del ordenador, pero a los cinco minutos llama la inspectora que supervisa los cursos para pedirle a mi jefa donantes de plaquetas para su hijo. 12:00, J., S. y yo estamos en un autobús rumbo al hospital para hacernos las pruebas. 12:45, estoy en la camilla, me sacan sangre y me dicen todo lo que no debo y debo hacer hasta que me llamen el lunes con el resultado. 13:00, de vuelta al ordenador, hago fotocopias, preparo actividades... 14:00, me voy a comer algo, me doy cuenta de que la temperatura ha subido más grados de los que me gustaría. 15:00, estación de autobús. 16:00, otra vez en M., paso ritual por el Mercadona, compro caramelos sin azúcar. 16:20, abro la puerta. 21:30, fin de la clase. 22:30, el autobús que me tiene que devolver a Villa Chinchilla se retrasa, intento no ponerme nerviosa, y lo consigo. 22:45, por fin otra vez a bordo, veo un poco borroso y mi cansancio es de 10 en un escala de 0 a 5. 23:30, estación de autobús. 23:35, estación de tren (gracias por estar tan cerca). 23:40, compro el billete sin incidencias. 23:52, el tren sale. 00:30, el tren llega a su destino (gracias, alta velocidad), he visto la media hora final del Batman cometido por George Clooney (de Robin mejor no digo nada) y estoy en algún lugar entre el sueño y la vigilia. 00:45, un amable taxista acristalado me deja casi en la puerta de casa. 00:50, subo las escaleras y me acuerdo de los corredores de maratón. Ay.


Hito histórico: Ayer, cuatro de junio de 2005, me compré unas gafas de sol.

Canción de mi día de hoy:"El diván", Las Escarlatinas.

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Bufff...me canso solo de leerlo. Vaya diitas..

05 junio, 2005 15:26

 
Blogger siquis said...

¿Y todo esto ha pasado solo en 48 horas? A dios pongo por testigo de que nunca más volveré a quejarme por falta de tiempo.

06 junio, 2005 10:41

 
Blogger Art_Alegoría said...

Stress....

Stress....












Pero es un stress muy honesto : dicho sea de paso. Creo. Vamos.

06 junio, 2005 10:56

 
Blogger nadadora said...

Que no cunda el pánico, tengo la suerte de ir pasando por en medio de toda esa actividad frenética sin estresarme. Cuestión de carácter ;)

(Tengo que conformarme con la ducha por razones logísticas).

(Y gracias por lo de la honestidad)

06 junio, 2005 11:12

 

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