lo inesperado
Bastantes años atrás, los suficientes como para todavía querer ir con tus padres a la playa. La marea está llena y mi hermana entra corriendo en el agua, lleva un plátano en la mano. Un mordisco. Y el plátano vuela, lo veo dar vueltas en el aire. Plic. Una piedra grande en el agua con la altura de sus rodillas infantiles. Hay sangre, y luego habrá Mercurio Cromo, pero sobre todo hay sorpresa.
5 Comments:
Y por cosas como esta me enamoré de tí.
28 julio, 2006 21:47
Romanticismos aparte (ejem), a mi me gustaría saber si con el paso de los años a una se le quitan las ganas de querer ir a la playa con sus padres (que esto también es romantico, oyess).
P.D: A partir del plátano me he perdido. Vamos, que perdí la conexión entre el plátano y la sangre...
28 julio, 2006 23:45
Plic. Qué bonito.
29 julio, 2006 13:50
Ignoro si son los calores veraniles o que mis neuronas hacen más huelgas que los empleados de Iberia pero siento que en las últimas semanas los posts se vuelven cada vez más y más crípticos. Y ya no sé qué comentar...
31 julio, 2006 13:46
manga ranglán: no digo nada.
sunny: apartes aparte, las ganas de ir a la playa y a cualquier parte se quitan con la preadolescencia, y luego, depende de los padres, y de los preadolescentes, vuelven, o no.
P.D.: yo la conexión la veo clara, más que conexión es la descripción de una escena, pero igual me equivoco.
lanueva: más y más criptico suena demasiado críptico para lo que es. Repaso y no veo el misterio por ninguna parte, aunque igual lo del calor y las neuronas nos afecta a todos. No sé. (Y siempre queda preguntar).
31 julio, 2006 14:09
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